Mayo está siendo un mes muy movidito. Apenas me está dejando tiempo para respirar. ¡Ya os contaré todo lo que se viene, ya! De momento no puedo hablar aunque me muera de ganas, así que toca volver a la vida real y cumplir con mi aportación mensual a la iniciativa #UnAñoDeAutoras. Para ello y por motivos evidentes, rescato un fragmento de una entrada anterior sobre Gertrude Barrows Bennett, la mujer que inventó la fantasía oscura y que merece ser mencionada una, dos y mil veces.
Gertrude Barrows Bennett (18 de septiembre de 1884 – 2 de febrero de 1948) publicó sus textos bajo el seudónimo masculino de Francis Stevens y fue una innovadora escritora de fantasía y ciencia ficción. Bennett fue la primera mujer que destacó en Estados Unidos por escribir literatura de género fantástico, y fue reconocida sobre todo por sus obras escritas alrededor de los años veinte. Sus obras más destacadas son The Citadel of Fear (1918), The Heads of Cerberus (1919), que fue una de las primeras distopías de la historia y Claimed (1920).

Más adelante, en 1917, su novela breve The Nightmare fue publicada en All-Story Weekly. The Nightmare presenta un curioso contexto en el que sus protagonistas viven en una isla separada del resto del mundo y en la que la evolución ha tomado un rumbo distinto. Ya que The Nightmare fue la primera publicación importante de Bennett, sus editores le aconsejaron que pensase en un seudónimo masculino para la salida de la obra. La autora propuso utilizar Jean Vail pero, de nuevo, sus editores desestimaron esta opción e inventaron a Francis Stevens, el nombre que la autora utilizaría para publicar el resto de su obra.

Bennett siguió escribiendo relatos y novelas cortas. Un ejemplo es el cuento «Friend Island» (1918), que plantea una sociedad futura (sucede en el siglo XXII) en la que impera un orden político-social dirigido por mujeres. Otro ejemplo es la novela breve Serapion (1920), que habla sobre un hombre poseído por una criatura sobrenatural. En 1918, Bennett escribió su primera y más destacable novela, The Citadel of Fear (1918), una novela de mundo perdido que se centra en una olvidada ciudad azteca que es redescubierta durante la I Guerra Mundial. En la reimpresión de 1952 de esta obra se hizo público que Francis Stevens era en realidad un seudónimo utilizado por una escritora. Un año después, Bennet publicó su única novela de ciencia ficción, The Heads of Cerberus (1919), una de las primeras distopías jamás escritas y que nos transporta a una Filadelfia totalitaria de 2118. Una de las novelas más famosas de Bennet fue Claimed (1920) y fue reimprimida en 1966 y en 2004. En ella, un artefacto sobrenatural invoca el poder de un dios antiguo y oscuro en la Nueva Jersey del siglo XX.
A causa de la innovación y del oficio literario de Bennet y de su capacidad para crear un subgénero como el de la fantasía oscura y, también, a causa de su influencia directa en autores como H. P. Lovecraft o A. Merritt, es considerada una de las mejores escritoras de género fantástico de la historia.
Imagen de cabecera: Mathew MacQuarrie